En distintos momentos del año, anhelo intensamente un momento de comunión con el mar, por eso recurro a mis edenes personales para gozar al máximo. Eso sí, imprescindible es empacar un poco más del espíritu aventurero que me caracteriza...
COSTA ESMERALDA, UNA JOYA ACCESIBLE
Entre Nautla y Tecolutla, en Veracruz, hay una franja inundada de playas de aguas verdes y azules poco exploradas que me encantan. Descubrirlas me robó
el aliento. Costa Esmeralda hace honor a su nombre como joya que en el Golfo se encuentra. La Guadalupe, Ricardo Flores Magón, La Vigueta, Playa Oriente, Monte Gordo, Casitas y Maracaibo son algunas de las franjas costeras de dorada y fina arena que tienen una constante: un oleaje tranquilo y suave que me permitió caminar sin ninguna preocupación. Me hospedé en El Doral (miescape.mx),
un rincón donde reina la tranquilidad y que, además, está muy cerca de la zona arqueológica El Tajín y del río Bobos, ideal para navegar en sus rápidos.
Desde el río hacia el norte se puede llegar a Papantla, siguiendo la carretera 180. Aquí es imprescindible probar la deliciosa vainilla. Supe que acá también hay campa- mentos y trailers-park. No me animé a remar en el río salvaje, mi alma aventurera se inclinó por un recorrido en lancha, de los que organizan varias asociaciones por la Barra de Tecolutla y otros lugares aledaños.
CHACHALACAS, ALEGRAR EL CORAZÓN
El simple hecho de decir su nombre me hace sonreír. La playa de Chachalacas, ubicada a cinco kilómetros del municipio Úrsulo Galván, en Veracruz, es parte de la región del Sotavento (franja costera de lomeríos y sabanas), y uno de sus principales atractivos son las Dunas del Sabanal, que como territorio de otro planeta se extienden en más de 550 hectáreas cerca del mar, dando la ilusión de ser un desierto. Es impresionante. Sus aguas son de oleaje tranquilo, lo que me permitió bucear. Otra bondad del lugar: muy cerca visité las zonas arqueológicas La Antigua, Cempoala y Quiahuiztlán. Me maravilla cómo convive siempre lo prehispánico con lo contemporáneo.
HUATULCO: UN SUSPIRO ENTRE LA SELVA Y EL MAR
Nueve bahías con selvas bajas, playas de fina arena y formaciones coralinas conforman a Huatulco. Son paradisiacas porque solo en las de Santa Cruz y Tango- lunda hay infraestructura y servicios, las demás las visité en lancha desde la bahía de Santa Cruz. Uno, a sugeren- cia del guía, elige una de las bahías para pasar el día (indispensable llevar agua y víveres y no dejar basura en ellas). El Maguey —donde hay palapas con pequeños restaurantes—, Santa Cruz, Conejos, Tangolunda, Chahué, El Órgano, Cacaluta, Chachacual y San Agustín son algunas de las que forman la lista de los deseos. A mí me tocó Tangolunda y, una vez más, parecía estar lejos de cualquier tormento mirando aquellas aguas coloreadas de esmeralda y azul turquesa.
Imprescindibles
- Encontrarse en San Rafael y su atmósfera entre francesa y agrícola.
- Probar el Chilpachole de jaiba en Chachalacas, Veracruz.
- Navegar en lancha en las lagunas de El Zanate y La Iguana en Huatulco, Oaxaca.
Geolocation is 23.634501, -102.552784